El Humo.
El humo se compone de partículas sólidas y líquidas en suspensión. Los tamaños de estas partículas oscilan entre las 0.005 y las 0.01 milimicras. El contacto del humo con las mucosas del cuerpo humano provoca su irritación. Si entra en contacto con los ojos puede producir lagrimeo dificultando la visión. El humo también evita el paso de la luz dificultando el trabajo de los equipos de extinción y la extracción de los posibles heridos en el incendio.
Los gases.
En un incendio una gran parte de los materiales que se queman se transforman en gases. La cantidad y la toxicidad de estos gases dependen de los materiales implicados en el incendio.
Los gases tóxicos producen efectos negativos en las personas. Desde perdida de coordinación, desorientación, envenenamiento o incluso la muerte.
La gran mayoría de víctimas en los incendios se producen por culpa de los gases y no del fuego como se podría pensar.
Los gases que se producen en un incendio pueden clasificarse en tres clases, asfixiantes, tóxicos e irritantes.
Otro de los factores a tener en cuenta en un incendio es que el fuego consume el oxígeno por lo que puede producirse una falta del mismo.
- 21%, es el nivel normal de oxígeno en el aire.
- 17%, perdida de coordinación muscular y dificultades para concentrarse.
- 12%, mareos y desvanecimiento. Puede producirse también un corte en la respiración.
- 10%, vómitos y parálisis.
- 6%, colapso del sistema nervioso.
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